8 buenos hábitos financieros para ordenar tu economía personal

Pero entender cómo ordenar y tener el control de tus finanzas personales es mucho más fácil de lo que puedas llegar a pensar, y por eso hoy Microfin te trae 8 hábitos financieros que te van a ayudar a entender cómo lograrlo y tomar mejores decisiones para tu economía.

Primero, hay que entender el concepto de hábito. Un hábito es esa acción que, luego de realizarla por un tiempo, se termina por volver natural y espontánea. Es un cambio de conducta, que si bien al principio puede parecer difícil, con constancia, dedicación y convicción, podemos adoptar para nuestro beneficio.

Para instalar un hábito, lo mejor es hacerlo de uno en uno, así que te aconsejamos que vayas incorporando cada uno de estos ocho de forma paulatina. Establece una meta clara, marca rutinas para instaurar el hábito, y más que nada, busca tus propias estrategias para hacerlo, ya que establecer un hábito es algo muy personal. Y no te olvides de lo más importante: la autoevaluación. De tanto en tanto, es importante hacer una evaluación de cómo va el proceso, y si lograste tus objetivos, ¡premiate!

Si llegaste a este artículo, seguramente ya sufriste las consecuencias de algún descuido económico, y estás encontrando la conciencia de la importancia que tiene cuidar nuestros hábitos en las finanzas personales. Ese es el primer paso para que, al final, este cuidado se convierta en un agradable hábito que lleves a cabo naturalmente y que, a largo plazo, te genere grandes beneficios.

¿El secreto? Aprender estos principios y ponerlos en práctica sin cansarte. ¡Seguí leyendo!

Elaborar un presupuesto tiene que ser siempre el primer paso para desarrollar buenos hábitos económicos. Hacé una lista de los ingresos y gastos antes del mes que viene, y llevá una relación clara de cuánto dinero entra a tu hogar y cuánto sale cada mes. Clasificá tus gastos en categorías, y todos los días, tomá cinco minutos para anotar qué gastos hubo en la familia en esa jornada.

Este es el primer paso fundamental para ordenar tus finanzas, y te permitirá mejorar el uso de tus recursos naturalmente. El mejor aliado para esta empresa hoy es la tecnología: las aplicaciones móviles o una hoja de cálculo de Excel pueden servirte, o si no te queda cómodo, usá una simple libreta.

En general es fácil identificar los ingresos y los gastos que se aproximan, tanto a corto plazo, como los bonos, aguinaldos o salarios vacacionales, o en el largo plazo, como es el caso de la jubilación. Al realizar tu plan, no dejes de tener en cuenta estos factores. Definí tus objetivos tanto a mediano como a corto plazo, de forma de poder tener una perspectiva justa y analizar cada uno de tus gastos para saber si realmente es necesario o no. Los planes son una manera orgánica de organizar nuestras finanzas.

Parece difícil, pero siempre que tengas un ingreso extra, priorizá el pago de tus obligaciones, ya sea pagar las cuotas de tu tarjeta, o los créditos de vivienda, vehículos o estudios. Una buena regla para salir de deudas es que el pago de las mismas cada mes no supere el 35% de tus ingresos mensuales. De esa manera, vas a poder controlar tus deudas, y si precisás pedir un préstamo para poder cumplir tus objetivos del mes, estés al día con la financiera. Para esto, nuevamente es importante llevar un control detallado de nuestros consumos hasta tanto no logremos pagar la totalidad de la deuda.

Cuando hablamos de hábitos financieros, es imposible no pensar en el futuro. Para hacer frente a eventualidades, para darte esos gustos que merecés, lo importante es entender cuáles son tus gastos fijos (servicios, préstamos, gastos necesarios e innecesarios, gastos hormiga) y cuánto podés ahorrar mes a mes. Es importante ser realista y paciente. El ahorro no es fácil, lleva mucho esfuerzo; a veces sirve pensar que el sacrificio de hoy es la ganancia del mañana.

Si te cuesta mucho el ahorro, hay una técnica que puede ser útil: se llama ‘la regla del 90/80’ o del pre-ahorro, y consiste en hacer de cuenta que un 10% o 20% de tus ingresos no existen, y que debes administrarte mes a mes con lo que queda.

Un concepto clave: no ahorres lo que queda luego de gastar; gastá lo que queda después de ahorrar.

La inversión es nuestro objetivo a largo plazo, y es una excelente forma de hacer que tu dinero tenga más rendimiento, aunque siempre supone cierto riesgo. Este hábito supone poner un porcentaje de tus ingresos en activos que, a la larga, te generen más dinero. Antes de invertir, lo más importante es informarse. Se deben considerar aspectos fundamentales tales como los plazos, los rendimientos que se esperan de la inversión y qué riesgos esta conlleva. Ya sea iniciando un negocio, como invirtiendo en el mercado de valores o comprando una franquicia, a través de la inversión, el dinero trabaja para nosotros y crea un flujo de riqueza. ¡Animate a emprender!

En el mundo financiero, no hay mejor carta de presentación que pagar a tiempo. Cuando vayas a sacar un préstamo, o renovar el que ya sacaste, es indispensable tener un buen historial crediticio. No dejes el pago para último momento, porque así es más fácil olvidar el pago y atrasarse con las obligaciones mensuales.

Nadie tiene el futuro comprado. Por eso, es importante siempre tener un colchón de emergencia ante cualquier situación de dificultad o apuro económico: problemas en el hogar, tratamientos médicos, desastres naturales, o falta de ingresos por pérdida de trabajo. Este fondo va a permitir a tu familia vivir con tranquilidad y, de esa manera, vas a poder proteger a tus hijos. El ideal estimado es que equivalga a 6 meses de gastos del presupuesto que hayas elaborado.

El conocimiento es poder, y esto es cierto más que nunca en el sistema financiero. Conocer cómo el dinero puede apoyarte en la consecución de tus objetivos es indispensable, y es clave aprender, aprender y seguir aprendiendo: cómo manejar una tarjeta de crédito o débito, cómo invertir, cómo evitar deudas, o en su defecto salir de deudas, cómo lograr un fondo de emergencia, y más. Recordá: de los errores se aprende y los mismos se pueden corregir para conseguir mejores objetivos. Para eso, necesitas educación financiera.

Establecé el hábito de leer sobre finanzas personales y adquirí conocimientos que te permitan tomar mejores decisiones en el futuro.

Mantener el control de tus finanzas te generará tranquilidad y bienestar a ti y toda tu familia. Poner en práctica estos hábutos y llevar el control de tus gastos debería ser algo tan natural como lavarte los dientes todos los días. ¡Si construís mejores hábitos financieros, tendrás una buena vida!

“Siembra un pensamiento, cosecha una acción; siembra una acción, cosecha un hábito. Siembra un hábito, cosecha un carácter; siembra un carácter, cosecha tu destino”.

Microfin te ayuda a tener la capacidad financiera que tanto deseás. Llevá a cabo esa idea que tenías para emprender, tomate unas vacaciones, llegá tranquilo a pagar las cuentas. Si quieres seguridad financiera, el dinero está al alcance de tu mano.

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